¿Cómo llamar la atención a mi hijo correctamente?
A pesar de todo, los niños son niños. En su cabeza, cada situación es una oportunidad para jugar. Pero a veces no hacen bie las cosas: juegan con la pelota en casa, no hacen sus deberes o contestan mal, entre otras. En esos momentos, como padre, tienes que tomar cartas en el asunto y llamarle la atención.
Las llamadas de atención tienen el objetivo de educar a tus hijos para que aprendan a diferenciar los comportamientos buenos de los malos. Pero no todas las llamadas de atención son buenas. Lo mejor es evitar gritos e insultos. Recuerda que eres el ejemplo a seguir de tus hijos. ¿Quieres saber cómo llamar la atención de tu hijo correctamente? En este artículo tienes todas las claves.
Contenido
- 1 Lo fundamental
- 2 15 trucos imprescindibles para llamar la atención de mi hijo correctamente
- 2.1 Mantén la calma
- 2.2 Ponte en su lugar
- 2.3 Céntrate en la conducta negativa
- 2.4 Sé consciente de su edad
- 2.5 Llama la atención en el momento justo
- 2.6 Intenta que comprenda que ha hecho mal
- 2.7 Escúchale activamente
- 2.8 Sé coherente y constante
- 2.9 Motívale a portarse bien
- 2.10 Evita el chantaje emocional
- 2.11 No compares a tu hijo
- 2.12 Cuida su bienestar emocional
- 2.13 Evita infundir miedo
- 2.14 No abuses de las llamadas de atención
- 2.15 No pagues con él tus problemas
- 3 Resumen
Lo fundamental
- Cuando tu hijo se porta mal, es importante llamarle la atención o no aprenderá a hacer las cosas bien. Pero es tan importante llamarle la atención como comprender qué le ha llevado a comportarse así. Quizás lo ha hecho porque se siente solo o porque siente celos de su hermano. Dependiendo de la razón, deberás llamarle la atención de una manera u otra.
- A la hora de llamar la atención a tu hijo debes ser claro y conciso, centrándote únicamente en lo que ha hecho mal. No debes compararle con otros, usar chantaje emocional o infundir miedo, sino que es mucho más efectivo intentar ponerte en su lugar y explicar a tu hijo lo que ha hecho mal, para que él reflexione y aprenda.
- Debes ser consciente de lo que dices a tu hijo, ya que tus palabras pueden dañar sus sentimientos. Estas pueden afectar a su autoestima, su sentimiento de pertenencia y la confianza que pone en ti, lo cual le impactará por el resto de su vida.
15 trucos imprescindibles para llamar la atención de mi hijo correctamente
Llamar la atención a tus hijos es una tarea complicada. Muchas veces, cuando estamos enfadados no controlamos nuestras palabras. Por ello, debemos mantener una idea clara de cómo comportarnos y cómo llamar la atención de nuestro hijo de manera constructiva. A continuación, tienes 15 consejos que te ayudarán a llamar la atención de tu hijo de manera correcta:
Mantén la calma
Lo primero que debes tener en cuenta es intentar no explotar contra tu hijo. Cuando explotamos, tendemos a gritar y esto puede llegar a intimidarle. Los niños son más sensibles a las críticas y pueden pensar que cuando sus padres les gritan es porque han dejado de quererlos (1). A largo plazo, esto puede afectar a su autoestima. Por ello, es mucho más útil usar un tono de voz firme, suave y afectivo (2).
Además, debes evitar insultarle o usar palabras que puedan hacer daño al pequeño. Intenta tratarle con tacto y no dañar sus emociones. Si no, tu hijo pensara que la agresividad es la manera de solucionar los problemas (3).
Para ayudarte a mantener la calma antes de llamar la atención a tu hijo, puedes hacer lo siguiente:
- Tomarte unos minutos para relajarte y no hablar en caliente. Puedes aprovechar para planear mentalmente tu discurso.
- Hacer ejercicios de respiraciones. Por ejemplo aspirar profundamente por la nariz, retener el aire unos segundos y después expulsarlo lentamente por la boca.
- Contar tus respiraciones desde 100 hasta 0. De media, hacemos 12 respiraciones por minuto, por lo que esto te dará varios minutos para reflexionar (2).
Ponte en su lugar
La empatía es algo muy importante en cualquier tipo de relación, pero más aún cuando nos relacionamos con niños (2). Debes tener en cuenta que los niños no ven la vida como los adultos. Los niños ven en cada situación una oportunidad para jugar y es imposible pedirles que se comporten como nosotros.
Por lo tanto, antes de gritar a un hijo, debes parar a pensar por qué lo ha hecho. Intenta mirar las cosas desde sus ojos. A veces es complicado ponernos en su lugar, ya que ellos no razonan de la misma forma, no tienen maldad. Debemos entender su perspectiva, comprender sus sentimientos y ser conscientes de sus limitaciones.
Céntrate en la conducta negativa
Cuando llames la atención a tu hijo, céntrate en descalificar la acción negativa y no a él. Frases como “Eres muy malo por hacer eso”. atacan directamente al niño y pueden afectar a su bienestar emocional. Lo correcto es centrarse exclusivamente en la conducta a corregir.
Tampoco debes generalizar los malos comportamientos aunque estos se repitan frecuentemente. Cuanto más le repitamos algo, más lo interiorizará y más probable será que vuelva a repetirlo. Por lo tanto, intenta no encasillarlo en etiquetas como “malo”o “tonto”, porque el niño se lo terminará creyendo y pensará que no puede mejorar (2).
Sé consciente de su edad
Tienes que adaptar tu discurso a la edad de tu hijo. Es normal que un niño de 2 o 3 años tenga berrinches, llore o grite, pero según va madurando, este comportamiento también cambiará. A partir de los 3 años, los niños son capaces de razonar y diferenciar las cosas que están bien de las que están mal. A continuación, tienes algunos consejos para conseguir esto:
- Debes ser claro. Usa un vocabulario que tu hijo entienda y no dudes en usar ejemplos, sin compararle con otros niños.
- Intenta ser específico. Explicale por qué debe hacer lo que le pides. Así, tu hijo entenderá exactamente cómo debe comportarse.
- No te extiendas mucho. No olvides que “Lo bueno si breve, dos veces bueno”. Lo importante es que aporte valor a tu hijo, por lo que, si lo haces demasiado largo, se cansara y no tendrá tanto efecto.
- No le trates como si fuera más pequeño. A ningún niño le gusta que le traten como si fuera más pequeño o “tonto”.
"La reprimenda tiene que ser breve, inmediata, limitada a un solo acontecimiento y tiene que acabar con un "estímulo", que confirme el amor y la confianza que tenemos por el niño"
Llama la atención en el momento justo
Una de las cosas más importantes es llamar su atención en el momento justo en el que se porta mal. Si lo intentas hacer varias horas más tarde, no asociará la conducta indebida con la llamada de atención o incluso, no se acordará de lo que ha hecho.
Aunque hay veces que es más conveniente esperar, por ejemplo, cuando está delante de sus amigos. Los niños también se sienten socialmente presionados y, si les llamamos la atención en público, probablemente les avergoncemos y no reconozcan su mala actitud. Por lo tanto, intenta llamarle la atención cuando estéis a solas.
Intenta que comprenda que ha hecho mal
Lo más importante a la hora de llamar la atención a tu hijo es explicarle qué ha hecho mal. Debe reflexionar sobre ello y comprender que sus acciones tienen consecuencias. También debes explicarle cuáles son estas, para que la próxima vez que vaya a repetir la conducta negativa, recuerde las razones por las que no debe hacerlo. Así será mucho menos probable que repita la acción.
Si acompañas tu llamada de atención con una buena explicación, esta será mucho más efectiva. De esta manera, modificará su conducta por iniciativa propia.
Escúchale activamente
Como ya hemos explicado al principio del artículo, lo primero que debemos hacer es entender por qué nuestro hijo se comporta así. Es muy importante escuchar lo que tu hijo tiene que decirte. Los niños siempre tienen un motivo para portarse mal y no siempre es el que los padres piensan (2).
Una estrategia muy efectiva y simple es preguntarle “¿Por qué lo hiciste?”, después de llamarle la atención. Esto da a tu hijo la oportunidad perfecta para poder explicarse y reconocer sus errores. Así, tú podrás entender por qué se comporta mal y tu hijo aprenderá que puede confiar en ti.
Sé coherente y constante
Coherente: Si no quieres que tu hijo haga algo, tú tampoco debes hacerlo. Los hijos suelen ver a sus padres como su modelo a seguir y tienden a imitar su comportamiento. Por ejemplo, si no quieres que tu hijo use el móvil mientras está comiendo, no hagas tú lo mismo.
Constante: Además, de nada sirve llamar la atención a tu hijo por pegar a su hermana un día, si al día siguiente lo vas a dejar pasar. Si haces esto, tu hijo no tendrá claro por qué le estás llamando la atención exactamente. Por lo tanto, es muy importante mantener las normas en todo momento.
Motívale a portarse bien
Si no quieres que tu hijo repita una conducta inadecuada tienes dos opciones: castigarle cuando se comporta mal o premiarle cuando se porta de manera positiva. Los castigos no siempre son efectivos, sin embargo los premios sí (2). Estos tienen varios beneficios:
- Motivan a tu hijo a comportarse correctamente.
- Sirven de refuerzo positivo para cuando se porta bien.
No todos los premios tienen porque ser materiales; organizar una salida al campo, jugar con ellos o unas simples palabras de afecto pueden ser igual de eficaces.
Evita el chantaje emocional
Debes explicar a tu hijo cómo te sientes. Si rompe algo que tenía gran valor sentimental no debes reprimir tus sentimientos, tienes derecho a sentirte triste. Pero no debes pagarlo con tu hijo o culparle por ello.
La manera correcta de llamar su atención en estos casos es explicándole que te sientes triste o que te enfadas cuando se comporta de esa forma. Evita usar frases que hagan que tu hijo se sienta mal o culpable, ya que esto puede llegar a afectar a su autoestima y dañar su salud mental.
No compares a tu hijo
Un error muy frecuente que se suele cometer es comparar a tu hijo con sus hermanos, amigos, compañeros del colegio o primos. Probablemente lo hagas de manera inconsciente, intentándole dar un ejemplo positivo a seguir. El problema está en que los niños no lo perciben así.
Comparándole lo único que conseguirás es disminuir su autoestima, hacerle sentir que no es lo suficientemente bueno y aumentar sus celos hacia los demás. Todo esto hará que su conducta no evolucione de manera correcta. Si quieres darle un ejemplo a seguir, sé tú el ejemplo.
Cuida su bienestar emocional
Otro error que cometemos inintencionadamente es distanciarnos emocionalmente de él mientras llamamos su atención, es decir, negarle cualquier tipo de palabra afectiva, besos o abrazos. Se tiende a pensar que si haces esto tu hijo no te tomará en serio o no te respetará, pero nada más allá de la realidad.
No debes negar cariño a tu hijo, esto hará que se sienta rechazado y podrá llegar a pensar que has dejado de quererle (1). Tienes que intentar buscar un punto intermedio entre hacerte respetar y no rechazar a tu hijo.
Evita infundir miedo
Intentar que nuestro hijo obedezca por miedo a las consecuencias no es la manera correcta. Esto no le enseñará a diferenciar entre lo que está bien y lo que está mal. Conseguirás que se porte bien pero por miedo al castigo, no porque lo que hacía estuviera mal. A la larga, tu hijo se portará bien, pero será tímido, inseguro y temeroso.
La manera correcta de enseñarle como portarse bien es sin usar el miedo de por medio, haciéndole comprender lo que ha hecho mal y motivándole a comportarse bien en el futuro. De esta forma, conseguiras que tu hijo:
- Obedezca por empatía y porque él considera que es lo correcto.
- Tenga una mayor confianza en sí mismo.
- Madure más rápido.
No abuses de las llamadas de atención
Es obvio que cuando tu hijo hace algo mal debes regañarle, si no no podrá aprender que eso está mal y corregir su actitud. Pero cuando lo hacemos de forma excesiva, termina perdiendo efecto. Si tras varias llamadas de atención sigue sin eliminar una mala conducta, debemos usar otra estrategia para enseñarle el buen camino. Pero esto no quita que debamos llamarle la atención cuando haga las cosas mal.
No pagues con él tus problemas
Todos tenemos malos días. Quizás perder el bus, tener un mal día en el trabajo o problemas con el banco puedan llegar a desesperarnos. Pero debes diferenciar y no desahogarte con tu hijo. Normalmente, cuando estamos estresados por otros problemas, tendemos a magnificar pequeños errores que cometen nuestros hijos, pero tenemos que saber valorarlos en su debida medida.
Resumen
Cuando tu hijo tiene una conducta negativa, intenta ponerte en su lugar y comprender por qué ha actuado así. Puedes incluso preguntarle por qué lo ha hecho, si eso te ayuda. Lo importante es saber la razón, para así evitar que vuelva a pasar. Además, debes llamarle la atención en el momento adecuado, refiriéndote únicamente a lo que ha hecho mal y con un lenguaje apropiado a su edad.
Ante todo, intenta cuidar sus sentimientos, evitando infundirle miedo o compararle con otros. Finalmente, sé coherente y constante con tus llamadas de atención, si no, tu hijo no será capaz de entender cuando hace algo mal y cuando no. Siguiendo todos estos consejos y aplicandolos en tu día a día con tus hijos, conseguirás llamar la atención de tu hijo de manera constructiva sin llegar a dañar sus sentimientos.
(Fuente de la imagen destacada: fizkes: 123628492/ 123rf.com)
References (5)
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Trabajo de licenciatura
Rincón DAD. INTERVENCIÓN PSICOTERAPÉUTICA EN UN CASO DE PROBLEMAS DE RELACIÓN ENTRE PADRES E HIJOS. Universidad Cooperativa de Colombia.
Link -
Libro
Piñeiro B. Educando niños felices: Como introducir la educación emocional en la vida de tus hijos. Magisterio, Escuela de padres; 2016.
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Libro
Goroskieta V. Habilidades Sociales. Escuela Nicasio Landa; 2002
-
Libro
Luengo A. Cómo intervenir en los problemas de conducta infantiles. Padres y maestros; 2014.
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Libro
De Acevedo AR. Cómo funciona el cerebro de los niños. Penguin Random House Grupo Editorial; 2014
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